lunes, 25 de julio de 2011

Cierran, en Chiapas, casa de arraigo “pitiquito”

De las 1588 personas arraigadas de 2002 a 2006, sólo el 12% fue sentenciado.


fotos Carlos Díaz

Este lunes el Gobierno del Estado de Chiapas clausuró la casa de arraigo “Quinta Pitiquito” ubicada en la carretera a Chiapa de Corzo, misma que operaba desde el año 2002. Esto luego de que se promulgara la Constitución estatal al desaparecer el arraigo como figura judicial en la entidad.

Cifras de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) revelaron que de 2002 al 2006 un total de mil 588 personas fueron arraigadas en esa centro de arraigo, de cada cien arraigados 60 fueron consignados al juez, y 40 se les levantaba el arraigo; de esos 60 que se consignaban a 50 se le dictaba sentencia condenatoria y 10 ganaban el amparo directo; es decir, de 100 arraigados 50 quedaban sentenciados.
En el discurso del acto, el mandatario en turno, Juan Sabines Guerrero, lamentó que de los nueve años en que operó esta casa pasaran miles de chiapanecos inculpados hasta por 90 días privados de su libertad.

“Aquí pasaron miles de personas, miles de personas de las cuales yo quisiera se investigara cuántos de los miles, hablamos solamente en este centro de reclusión de arraigo Pitiquito, que antiguamente fue un centro de esparcimiento (balneario), más de mil 500 personas estuvieron arraigadas (…) tan sólo el 12 por ciento fue sentenciado, esto lastima porque nos habla que más de mil personas inocentes estuvieron, sufrieron y padecieron del autoritarismo. Se acabó.”
El Consejo Estatal de los Derechos Humanos de Chiapas, en voz del consejero Mauricio Mendoza Castañeda, confirmó que el 60 por ciento de las denuncias por violaciones a los derechos humanos eran derivados del arraigo de personas en la “Quinta Pitiquito”.

“De las quejas que se presentaban contra la Procuraduría (de Chiapas), extraoficialmente más del 60 por ciento correspondían precisamente a la cuestión de Pitiquitos, a las casa de arraigo. Creo que con esto (la eliminación del arraigo) también va a disminuir mucho el índice de quejas por violaciones a derechos humanos en contra de la procuraduría, serán detenidos, tendrán su término procesal y de ahí serán consignados ante un juez, de manera inmediata.”
El consejero Mendoza Castañeda dijo que el arraigo fungió como un instrumento político que incluso evitaba el trabajo de investigación de los Ministerios Públicos, de quienes dijo necesitan más profesionalización en técnicas de investigación.

“Se les hacía fácil decir lo arraigo y ahí lo tengo 40 días, 80 días, 90 días y de ahí me hago de pruebas, ahorita tienen que trabajar más aceleradamente a tiempo más rápido con mayor profesionalismo y eficacia.”
El procurador de justicia Racial López Salazar, previo al acto reveló que 25 personas fueron las últimas en ocupar las más de 30 cuartos, que fungían como celdas, en esa casa de arraigo.

“Desde el momento que se hizo el pronunciamiento del Gobernador, que se iba a suprimir el arraigo, desde ese momento el procurador dio instrucciones precisas a todos los fiscales de distritos que no se vuelva a suscitar ni un arraigo más en Chiapas. Había un promedio de 25 personas sujeto de investigación mismas que se les resolvió su situación jurídica conforme a derecho.”
Dijo que la figura de arraigo surgió en Chiapas en el 2002, también reveló que de 2006 a la fecha en que se usó esta casa de arraigo, únicamente se privó de la libertad bajo esta figura judicial a personas involucradas en delitos como secuestros, homicidios, violaciones o vinculación con la delincuencia organizada.

“En esta administración se estaba arraigada las personas que verdaderamente estaban vinculadas con la delincuencia. Esta casa de arraigo se va a convertir en una actividad muy sustantiva y benéfica para la ciudad, es una casa propiedad de la procuraduría del estado.”
La quinta pitiquito fue primeramente conocida como un centro nocturno “Villa Cariño”, más tarde pasó a ser un balneario y en el 2002 se ocupó por la entonces administración estatal como un centro de arraigo que este lunes fue clausurado.
El inmueble contaba con una dos albercas (una infantil) en el centro del terreno, un área amplia de estacionamiento, a un costado de las albercas una cancha de basquetbol deteriorada por el abandono y a los lados una treintena de cuartos, al fondo en la parte de arriba una palapa que cubre un balcón, mientras que la parte de abajo fungió como un bar en sus inicios como negocio nocturno.


En las paredes de los cuartos se observan imágenes religiosas, pintas como “aquí estuvo el michoacano, acompañado de una imagen de una planta de estupefacientes” o incluso pasajes bíblicos que pintaron sus ocupantes como parte de la desesperación que manifestaban por estar arraigados.



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