“Chiapas desperdicia su café en un mercado que nunca dará las gracias”
por JUAN ÁLVAREZ MORENO
La
cafeticultura chiapaneca requiere mejorar su calidad en el grano basado en
modelos donde la cadena consecutiva comience por el consumidor y llegue hasta
el productor; en otras palabras, debería ser una política de estado en Chiapas.
“El café necesita convertirse en una política de estado, pero no solo el café sino la alta calidad del café, por supuesto que es importante para el estado, para la economía y para los productores, que hay muchos en Chiapas pero que deberían haber muchos más.”
Modificar
la calidad del grano aromático, desde su construcción hasta su aprovechamiento,
es un herramienta de organismos internacionales y no una preferencia de unos
pequeños grupos. A nivel mundial existen estándares y estrategias para fijar la
calidad del café, mecanismos establecidos que no llegan o permean hasta los
productores.
“Generalmente
solo lo logran los que ya están en ese nivel, alguien que ya saca un muy bien
café, es más fácil que accedan a un excelente, pero el problema es que tenemos
muchísimos productores que sacan el grano regular y a esos no estamos
llegando.”
Para
ello se requiere de la mano de instituciones cuyo objetivo sea fomentar,
capacitar y educar a productores de las ventajas de modificar la densidad del
grano.
“Se necesitan instituciones serias, fuertes y con visión de largo plazo, que no tenemos hoy, tenemos instituciones hoy pero no son serias, ni fuertes ni con visión a largo plazo, porque es un trabajo muy arduo por la gran cantidad de productores que hay en Chiapas y que humanamente requiere la unión de muchas voluntades con visión, objetivo, conocimiento y estrategia.”
El
cafeologo chiapaneco, Jesús Salazar Velasco, explica que uno de los aspectos
importantes para quienes trabajan en el café, es cómo desarrollar la calidad del
mismo, algo que en su punto de vista
carecen -quizás en su mayoría- los cultivos aromáticos de la entidad.
“La
calidad depende de que cada parte del proceso conozca cual es su objetivo y lo
desarrolle al máximo, que aquel que supervisa la elaboración final sea
conciente de los pasos previos. En el proceso productivo, la producción del
café es dar frutos ricos en nutrientes bien cultivados; si tenemos esto,
tenemos ingredientes para tostarlo e identificar café y aroma.”
Desarticulación en el proceso
Existen
diferentes procesos, manos y productos, pero la calidad del mismo debe ser
única; la idea de armonizar o hacer coincidir la producción con la transformación
de la fruta en beneficio, su almacenamiento, el tostado, la catación y la
preparación del barismo, es un proceso que pasa por tantas manos pero que logra
la calidad consistente de una excelente taza de café.
“Hay
mucha experiencia en el campo de cómo medir la densidad, el problema no es cómo
medir la densidad, el problema es cómo crear la densidad del grano, no es
solamente conocer si la fruta es buena o no, sino cómo hacer para que toda la
fruta sea buena, esa es el área de oportunidad que tenemos porque en Chiapas la
mayoría de nuestros productores heredaron un oficio y heredaron una propiedad
con cultivo sin haber sido formados profesionalmente o técnicamente en lo que
heredaron.”
Hay intensión pero no profesión
Salazar
Velasco señala que la mayor parte de los cultivos de cafés chiapanecos están en
manos de gente que no tiene la oportunidad de cómo saber desarrollar la calidad
porque ni siquiera prueba su propio café terminado, en una taza bien preparada.
“El
productor se desprende de su producto muy rápido, se va a la comercialización, y
si se va a la exportación el productor no vuelve a saber de lo que trabajó y
quien consume la taza en cualquier parte del mundo, nunca se entera de quien la
produjo; entonces, hay una desarticulación completa del proceso.”
El
experto señala que el mercado de exportación, donde se vende el grano aromático
chiapaneco (mercado de exportación) no permite el crecimiento de la calidad del
mismo.
“Es una producción que tiene un mercado que no le permite crecer por ser un mercado de exportación a través de transnacionales; jamás va a llegar el consumidor de Alemania a decirte, que bueno estuvo tu café, por ello hay que fomentar el consumo interno y en manos no de pequeños grupos, sino creando espacios para la comercialización y el servicio del café, permitirá que salgamos de la dinámica donde el productor entrega un producto rápido, a muy bajo precio y que no se vuelve a enterar de él y no es valorado.”
Dijo
que para ello se requiere de educar al consumidor de café estatal, que permita
exigir la calidad que no pueden demandar un consumidor del café chiapaneco que
lo toma en otro país.
“La
cadena del café se va mejorar desde el consumidor, quien demanda al
establecimiento la calidad, éste al proveedor y éste último motive al productor
mejorar su calidad.”
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