lunes, 3 de octubre de 2011

Chiapaneco relegado en Pemex, triunfa en Qatar

Romeo Solís, ingeniero geólogo egresado del IPN, fue víctima del "amiguismo" y "compadrazgo". Hoy está feliz en Medio Oriente.


Ariadna García/Agencia Reforma

MÉXICO, D.F.- La de Romeo Solís es una historia de éxito... lejos de México. El ingeniero geólogo, egresado del IPN, vio truncada su carrera al interior de Pemex, en donde no sólo fue víctima del "amiguismo" y "compadrazgo" que impera en la paraestatal, sino que, lejos de promoverlo, lo recategorizaron dos niveles abajo de su último puesto.
Esa situación lo empujó a ponerse a disposición de "headhunters" internacionales, y hoy triunfa en Qatar.
Y es que, tomado en cuenta su experiencia y preparación académica, en Qatar lo contrataron por cinco veces más de salario, le pagan la escuela de sus hijos, tiene ayuda para casa y menaje, 37 días de vacaciones, le dan boletos de avión para viajar a México, y un bono cada año de un mes de sueldo.
"En cuestión económica estoy muy bien; bueno, con decir que lo que ahorraba en un año y medio, aquí lo puedo ahorrar en un mes, así de grande es la diferencia. La idea que yo tenía del Medio Oriente es que era pura guerra, pero cuando vine aquí (a Qatar) vi que todo es diferente.
"Tengo tiempo para tomar clases de golf; voy el fin de semana al club de playa; he bajado casi 10 kilos desde que salí de Pemex, porque tengo tiempo para ir al gimnasio; vivo en un área residencial con alberca, squash y tenis", comentó en entrevista con REFORMA, vía "skype" desde Doha, Qatar.
Romeo nació en Chilón, Chiapas, y desde muy pequeño se lo llevaron a vivir a Tuxtla Gutiérrez. Ahí estudió primaria, secundaria y bachillerato.
Posteriormente, se trasladó al DF para estudiar la ingeniería, y una vez egresado, entró a trabajar a la CFE. Sin embargo, tras unos meses de laborar ahí, decidió tocar puerta en Pemex, en donde trabajó poco más de 12 años.
Pemex le pagó una maestría en la Universidad de Houston. Escaló varios puestos, hasta que ocupó el de superintendente.
"Entré a Pemex en 1997. En ese entonces los mapas o secciones se dibujaban en papel, aunque ya había máquinas de software especiales, pero desgraciadamente los jefes tenían ideas antiguas.
"En Pemex Exploración yo fui uno de los pioneros en hacer todo en computadora, y lo hacía a escondidas del jefe, cuando nadie me veía".
Solís laboraba en el puerto petrolero de Dos Bocas, en Tabasco. Los últimos 10 años, según comenta, hizo estudios de caracterización de yacimientos, lo que le representó una alta especialización.
Su experiencia y preparación académica lo llevaron a encabezar grupos de trabajo para hacer proyectos en conjunto con empresas de Noruega e Italia.
Durante tres meses, platica, trabajó un proyecto en conjunto con la petrolera de Noruega. Sin embargo, al concluirlo y presentarlo, a su jefe no le gustó y simplemente lo archivó.
"Cuando trabajé en Noruega me di cuenta que es lo mismo que hacemos nosotros (en Pemex), la misma tecnología, los mismos conocimientos, la única diferencia es el idioma y la manera de trabajar.
"Allá se programa todo y en Pemex estamos acostumbrados a trabajar con el típico "bomberazo", todo es para ayer", señaló.
El chiapaneco recuerda que uno de los problemas que hay en Pemex, es que se autorizan recursos para proyectos que no son funcionales, y todo por el desconocimiento de las autoridades.


La sorpresa

Romeo buscaba estudiar un doctorado en Calgary, Canadá; sin embargo, ante la imposibilidad de preparase pera el examen de inglés requerido, debido a que no tenía tiempo, decidió tomar un "curso express" en el DF. Sin embargo, al regresar a Dos Bocas se llevó una sorpresa.
"Un amigo me dijo que ya habían llegado a presentar a los nuevos jefes y que yo ya no figuraba como superintendente, que estaba el compadre del jefe. Pero además, de estar en un nivel 39 me bajaron a un 37.
"A veces ser técnico ayuda en Pemex, pero para los altos puestos tienes que tener buena relación, compadres, y desgraciadamente yo no los tuve", lamentó.
Romeo detalló que se sintió defraudado, y al hablar con el director de Exploración, éste le dijo que se fuera a estudiar y después hablaban.
Para su fortuna, unos canadienses le comentaron sobre lo desaprovechado que estaba en Pemex. Le sugirieron y enseñaron a hacer su currículum y lo envió a los cazadores de talentos en Inglaterra.
Dos empresas se interesaron en él: una en Arabia Saudita y otra en Qatar. Se decidió por Qatar.
Después de entrevistas telefónicas y en persona, el mexicano fue aceptado, incluso, con la propuesta económica que él puso sobre la mesa; además de prestaciones muy por encima de las de Pemex.

 

Cuando a Romeo le preguntaron el por qué quería salir de México, recordó que en Qatar dan mucha importancia al núcleo familiar.
"Yo les dije que trabajando en Pemex, y eso es verdad, pasaba tres o cuatro días sin ver a mi familia, porque uno tiene hora de entrada pero no de salida; y la otra es la violencia que se vive en mi País".
Así, desde principios de 2009, Solís fue contratado en Qatar, en donde asegura que hace exactamente lo mismo que en Pemex, la única diferencia es que ahora sí le reconocen lo que hace

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